jueves, 18 de octubre de 2012

Formación Académica






















FORMACIÓN ACADÉMICA 
  - Maestría en Psicoterapia Gestalt 
  - Lic. en Psicología UNAM Ced. Prof. 6452929
  - Diplomado en Psicoterapia Centrado en la Persona UNAM 
  - Diplomado en Psicoterapia de Juego Centrada en el niño UNAM 
  - Diplomado en Psicoterapia Gestalt UNAM 
  - Diplomado en Prevención y Tratamiento de la Violencia de Género con especialidad en Violencia Sexual ADIVAC
  - Diplomado en Educación Sexual Infantil UFRAM
 PREVIA CITA: 
- arsenia.leon@gmail.com 
- Cel: (722) 3617717 
- Hacienda la Quemada 151 Casa 44 Fracc. El Baldaquín, Metepec, Edo. de Méx.




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domingo, 8 de abril de 2012

¿Qué es la psicoterapia?


La psicoterapia es un servicio de atención psicológica que se dirige principalmente a explorar el mundo interno de las personas en sus emociones de experiencias presentes y pasadas o aquellas emociones que tiene que ver con un futuro.

Existen diversos tipos de psicoterapia como psicoanalítica, humanista, cognitiva conductual, sistémica, Gestalt y muchas más.

Mi forma de ayudar es a través de la psicoterapia humanista (ECP y Gestalt)

Psicoterapia Humanista

La terapia humanista se basa en los principios de la psicología humanista, del Enfoque Centrado en la Persona de Carl Rogers, de la psicoterapia gestalt y del existencialismo. Es una experiencia única donde promovemos que la persona se muestre libremente con lo que considera lo mejor y lo peor de sí misma, sin sentirse avergonzada, juzgada o censurada. Esta experiencia gradualmente facilita el contacto y redescubrimiento del mundo y del “yo” ampliando la visión, las estrategias y las relaciones y con ello se promueve la salud desde la auto aceptación.

El trabajo se centra en acompañar dialogalmente a la persona con su inquietud o tristeza, apoyando su proceso de esclarecimiento y mejores tomas de decisión a través de técnicas y ejercicios que apoyen su conciencia, responsabilidad y libertad que a su vez apoyan su crecimiento y bienestar sistémico entre su mundo interior y el mundo relacional en el que cada quien vive.

EL CARPINTERO

El carpintero que había contratado para que me ayudara a reparar una vieja granja acababa de finalizar su primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se había dañado, haciéndole perder una hora de trabajo, y su viejo camión se negaba a arrancar. Mientras lo llevaba a su casa, permaneció en silencio. Cuando llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol y tocó las puntas de las ramas con ambas manos. Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente
transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso entusiasta a su esposa.

De regreso me acompañó hasta el carro. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad
y le pregunté acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes.

“Este es mi árbol de problemas —contestó—. Sé que no puedo evitar tener problemas en el
trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis
hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa, y en la mañana los recojo otra vez. Lo divertido —dijo sonriendo— es que cuando salgo a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior”.

ESTO TAMBIÉN PASARÁ


TAMBIÉN ESTO...PASARÁ...

Cuenta una antigua historia que en viejo reino chino gobernaba un emperador muy poderoso, que siempre estaba entre la máxima satisfacción y más dejado pesimismo.

Era tal su desasosiego y desequilibrio que hizo llamar a un conocidísimo sabio que vivía en las lejanas montañas del Tibet. Éste tenía fama de ser una persona iluminada, feliz y con grandes conocimientos sobre la vida…

Cuando éste finalmente se presento a sus pies, el emperador ofreció parte de su reino, poder y riquezas al sabio, a cambio de que le enseñara a vivir en equilibrio, disfrutando de cada momento y sin estar oscilando siempre entre el optimismo y pesimismo.

El viejo sabio, haciendo uso de su gran sabiduría, no dudo en responder:

-Señor, ni todas sus riquezas juntas podrían pagar el valor del obsequio que usted necesita. Aún así, lo haré a cambio de nada.

Tras ello, el viejo, volvió de nuevo a su retiro en las montañas donde permaneció por semanas. Trabajó durante ese tiempo en un anillo, donde inscribió: “También esto, pasará”.

Una vez acabado, se lo hizo llegar al emperador junto con un pergamino que decía:

Señor emperador,

Este es el mejor regalo del que puede disfrutar en su vida. Llévelo siempre en su mano y cuando se encuentre disfrutando gozosamente de un determinado momento o perdido en su mayor desesperanza, sáquelo de su dedo y lea su interior.

El emperador, así lo hizo. Y fue conocido el resto de su vida como el rey del equilibrio…

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El emperador, con su anillo, no se priva de disfrutar de bellos momentos, pero la inscripción de su anillo le recuerda que “También esto, pasará”. Que todo es efímero y la total identificación con ello le llevará al desasosiego una vez el momento termine. Al igual que ocurre con los malos momentos que parece que nunca acaban…

El hecho de traer consciencia a la mente, libera la pesada carga que impide disfrutar del presente. Vivir y no juzgar, hace que seas consciente de eres algo mucho mayor y más valioso que las circunstancias.

Los momentos vienen y van, pero tu continúas de uno a otro, en el baile infinito del momento presente.

NO SE EQUIVOCA EL RIO


"No se equivoca el río cuando, al encontrar una montaña en su camino, retrocede para seguir avanzando hacia el mar; se equivoca el agua que, por temor a equivocarse, se estanca y se pudre en la laguna. No se equivoca la semilla cuando muere en el surco para hacerse planta; se equivoca la que, por no morir bajo la tierra, renuncia a la vida. No se equivoca el pájaro que ensaya el primer vuelo y cae al suelo; se equivoca el que, por temor a caerse, renuncia a volar y no abandona el nido. No se equivoca el niño que gatea porque quiere caminar; se equivoca el que, por temor a equivocarse, no gatea y no aprende a caminar. No se equivoca el hombre que ensaya distintos caminos para alcanzar sus metas; se equivoca aquél que, por temor a equivocarse, no camina. No se equivoca el hombre que busca la verdad y no la encuentra; se equivoca el que, por temor a errar, deja de buscarla. No se equivoca el hombre que expresa lo que siente y es rechazado; se equivoca el que, por miedo a decir lo que siente, deja de expresar su amor a otra persona. No se equivoca el hombre que comienza a cambiar dando pequeños pasos; se equivoca el que, por tratar de dar un giro total a su vida, nunca da el primer paso que inicia el camino que lo llevará a dar la vuelta al mundo. No se equivoca el hombre que pierde su vida por jugarla en serio; se equivoca el que, por temor a perderla, la pierde en vano sin jugarse nunca. No se equivoca el hombre que cree saberlo todo sin haber buscado dentro. Se equivoca el hombre que no busca dentro toda la verdad que yace el centro de su ser. Se equivocan aquéllos que no aceptan que ser hombre es buscarse a sí mismo cada día, sin encontrarse nunca plenamente."

Fuente: Emisora radial FM Milenium, Buenos Aires

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En definitiva y ya desde nuestra opinión: no te equivocas si actúas en lugar de paralizarte por miedos, seguramente en el intento se justificará todo el esfuerzo. Vale más que lo hayas intentado a que te quedes el resto de tu vida preguntándote cuál hubiera sido de tu destino si te hubieras animado a dar aquel paso.

EL CAMINO DE LAS LÁGRIMAS


Padre e Hijo Cuentan que había una vez un señor que padecía lo peor que le puede pasar a un ser humano: su hijo había muerto.Desde la muerte y durante años no podía dormir.Lloraba y lloraba hasta que amanecía.Un día, cuenta el cuento, aparece un ángel en su sueño.... Le dice:- Basta ya.- Es que no puedo soportar la idea de no verlo nunca más.El ángel le dice:- ¿Lo querés ver?Entonces lo agarra de la mano y lo sube al cielo.- Ahora lo vas a ver, quedate acá.Por una acera enorme empieza a pasar un montón de chicos, vestidos como angelitos, con alitas blancas y una vela encendida entre las manos, como uno se imagina el cielo con los angelitos.El hombre dice:- ¿Quiénes son?Y el ángel le responde:- Estos son todos los chicos que han muerto en estos años y todos los días hacen este paseo con nosotros, porque son puros...- ¿Mi hijo está entre ellos?- Sí, ahora lo vas a ver.Y pasan cientos y cientos de niños.- Ahí viene –avisa el ángel.Y el hombre lo ve. Radiante, como lo recordaba.Pero hay algo que lo conmueve: entre todos es el único chico que tiene la vela apagada, y él siente una enorme pena y una terrible congoja por su hijo.En ese momento el chico lo ve, viene corriendo y se abraza con él.Él lo abraza con fuerza y le dice:

- Hijo, ¿por qué tu vela no tiene luz?, ¿no encienden tu vela como a los demás?- Sí, claro papá, cada mañana encienden mi vela igual que la de todos, pero ¿sabés lo que pasa?, cada noche tus lágrimas apagan la mía. 

JORGE BUCAY

IMITA ACCIONES NO APARIENCIAS


Autor Desconocido
En la literatura Zen se cuenta la siguiente historia acerca de Huai-jang cuando éste iniciaba al que sería su sucesor, Ma-tsu, que entonces estaba practicando la meditación en posición de sentado:
—Su Reverencia —preguntó Huai-jang: ¿Qué objeto tiene meditar sentado? —Convertirse en un Buda —contestó Ma-tsu.
Entonces Huai-jang tomó una baldosa y comenzó a pulirla sobre una roca. —¿Qué hace usted, maestro? —preguntó Ma-tsu. —La estoy puliendo para hacer un espejo —dijo Huai-jang. —¿Y cómo va a hacer que una baldosa pulida se convierta en un espejo? —¿Y cómo va a hacer que meditando sentado se convierta en Buda?
Imitar acciones, no apariencias.

EL CIELO Y EL INFIERNO



EL CIELO Y EL INFIERNO.

Un samurái le pidió a un maestro que le explicara la diferencia entre el cielo y el infierno. Sin responderle, el maestro se puso a dirigirle gran cantidad de insultos. Furioso, el samurái desenvainó su sable para decapitarle.


-He aquí el infierno-dijo el maestro antes de que el samurái pasara a la acción. El guerrero, impresionado por estas palabras, se calmó al instante y volvió a enfundar el sable.


Al hacer este último gesto, el maestro añadió:


-He aquí el cielo.


Al entrar en determinados estados, nos creamos nuestro propio infierno, así como al entrar en otros estados nos creamos nuestro propio paraíso. El infierno y el paraíso dependen de nosotros. A.J.

¡Auxilio! Tengo un/a adolescente en casa Entenderte con tu hijo/a es posible. Taller vivencial dirigido a padres de familia con hijos adolescentes.

Ser padres no es fácil, eso lo sabemos.  Es una tarea que requiere cada vez de mayores retos y soluciones para lograr el bienestar de nue...